La higiene dental es un factor que contribuye al bienestar de todo nuestro cuerpo, de este modo podemos evitar molestias en la boca y enfermedades, por este motivo es primordial que el cepillado dental forme parte de nuestra rutina diaria, esto hay que realizarlo al despertar, antes de dormir y después de cada comida.

La constancia que tengamos en el cepillado es determinante, porque la placa bacteriana de nuestra boca se desarrolla de forma continua, y solamente podemos evitar problemas si la eliminamos una y otra vez.

Sin embargo, no es solamente importante el lavado de los dientes, sino la técnica que empleemos, ya que si nos cepillamos de forma incorrecta no estaremos cumpliendo la finalidad de esta limpieza, e incluso podemos causar daño e irritación a las encías.

Muchas personas se inclinan por el uso del cepillo eléctrico para mantener una higiene bucal lo más completa posible. La eficacia de cepillado que ofrecen este tipo de aparatos, hoy en día, es difícil de conseguir con el clásico cepillo manual. Además, el cepillo eléctrico permite una limpieza profunda de nuestras piezas dentales sin apenas esfuerzo.

Sin embargo, al contrario de lo que a priori podamos pensar, los cepillos eléctricos no rebajan el tiempo medio de cepillado, ya que para conseguir unos resultados óptimos con estos aparatos, se requiere incluso más tiempo del que empleamos con un cepillo de dientes manual. Por eso algunos profesionales recomiendan que para aquellos cepillados a los que no podamos dedicar el tiempo necesario usemos el cepillo tradicional, y solo empleemos el eléctrico cuando realmente podamos emplear el tiempo recomendado.

La técnica recomendada para usar correctamente un cepillo de dientes eléctrico es la siguiente:

  1. Divide la boca en cuatro cuadrantes y dedica no menos de 30 segundos a cada uno tal y como se indica en los siguientes pasos. En total, debemos dedicar unos 3-5 segundos a cada pieza.
  2. Cara externa de los dientes: siguiendo la línea de las encías, coloca el cabezal del cepillo sobre cada diente dibujando movimientos circulares lentos para abarcar toda la superficie. Al repasar cada diente, procura incidir también en los espacios interdentales que lo rodean.
  3. Cara interna de los dientes: repite la misma operación que con las caras eternas, insistiendo más en los incisivos inferiores, que suelen acumular más placa.
  4. Caras para masticar: coloca el cepillo en paralelo a las caras con las que masticamos y deja que el cepillo elimine la suciedad, una a una.

 

Asimismo, para garantizar la eficacia del cepillo eléctrico es conveniente cambiar el cabezal regularmente, aproximadamente cada 2-3 meses o cuando observes que las cerdas se han deformado y ya no ofrecen la misma resistencia.

Existen cepillos eléctricos con cabezal redondo y otros con cabezal alargado (la forma más habitual en los cepillos manuales), si bien para el sistema eléctrico resulta más apropiado el primer sistema, ya que encaja mejor con la superficie del diente y tan solo hay que acompañarlo con movimientos circulares.

Para usar el cepillo eléctrico no es necesario emplear pasta de dientes, ya que solo con la fricción que realizan las cerdas se obtiene una limpieza eficaz. Pero si prefieres la limpieza con pasta de dientes, sólo tendrás que emplear una pequeña cantidad, menor al diámetro del cabezal redondo.

¿CÓMO SE HACE UNA LIMPIEZA DENTAL PERFECTA?

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